El packaging minimalista propone una profunda reflexión sobre qué es realmente necesario y qué no.
Para ser realmente minimalista esta nota debería terminar en este mismísimo punto.
Paradójicamente, debo ser más extenso. Las soluciones minimalistas son fruto de una compleja tarea de síntesis que requiere un exhaustivo y preciso análisis.
En el proceso, es preferible comenzar con la mayor cantidad de recursos posible y seleccionar minuciosamente aquello que resulte realmente fundamental y necesario.
Una mínima definición
Según define Wikipedia, el minimalismo se refiere a cualquier cosa que haya sido reducida a lo esencial, despojada de elementos sobrantes. En el diseño de packaging podríamos hablar, más que de «elementos sobrantes», de «elementos no estrictamente necesarios» para comprender de qué se trata la propuesta de la marca y del producto.
La identidad 3D de packaging se compone de dos partes fundamentales, que se puede simplificar en los siguientes aspectos:
Diseño estructural. El soporte físico, en el que se destacan las formas simples y puras. Siluetas de fácil reconocimiento.
Diseño gráfico. Texto e imágenes. Utilización de mínimos recursos ornamentales, poco texto y un moderado uso del color.
Cultura minimalista 2.0
La vuelta al minimalismo es una consecuencia irremediable de la nueva cultura 2.0, en la que la información virtual se actualiza vertiginosamente y está en continuo movimiento. Algunas redes sociales favorecen la síntesis: Twitter nos obligan al uso de 140 caracteres y esto también se extiende a todo tipo de mensaje visual.
Cada vez manejamos mayor cantidad de información en menor tiempo y desarrollamos una especial habilidad para apartar el ruido visual de nuestro alrededor. Por ejemplo, podemos escuchar música e ignorar otros ruidos, enfocando toda nuestra atención en lo que estamos escuchando. Lo mismo sucede con los mensajes visuales. Por eso puede afirmarse que tenemos una atención selectiva, tanto auditiva como visual.
Los diseñadores debemos entender los cambios y diseñar en función de ellos si pretendemos que los mensajes que creamos sean recibidos. Para crear mensajes eficientes y claros es necesario ser simples y concretos, porque los mensajes complejos y difíciles de decodificar son rápidamente descartados.
¿Qúe menos, qué más?
Lo que debemos hacer primero es analizar y clasificar la cantidad y calidad de información. Acaso podríamos reemplazar el postulado «menos es más» por:
«menos cantidad y más calidad»
Los consumidores deben realizar múltiples decisiones de compra en cuestión de escasos segundos cada vez que van a un supermercado. Es una ardua tarea que debería ser más gratificante que frustrante. Esto aumenta la confianza en sí mismos y en la marca del producto, construyendo un vínculo emocional entre ambos.
El diseño minimalista de packaging no sólo facilita la asimilación de información, sino que genera mayor impacto visual, atrayendo la atención de los ocupados consumidores y facilitando la difícil tarea de tener que decidir en pocos segundos.
Tendencia masificada
Las marcas de alta gama han apelado al minimalismo desde hace tiempo: los autos de lujo, los perfumes, las joyas, cosméticos y otros tantos productos y servicios. Así, han creado una imagen sobria y sofisticada que hasta hace unos años era propiedad exclusiva de estos productos y servicios, destinados a una selecta audiencia de alto poder adquisitivo.
El minimalismo ha pasado de ser una mera estrategia de diseño de packaging en productos premium a influir en el consumo masivo. Generalmente, los productos que recurren al minimalismo son percibidos como productos nobles y confiables; no obstante, en cada categoría representa un valor propio de cada una.
Síntesis final
El proceso de diseño minimalista es lo contrario de lo que podría parecer. Es el resultado de un gran esfuerzo de síntesis extrema. Por ejemplo: para hacer el resumen de un libro, primero hay que leerlo todo. Tal resumen no debe ser ni demasiado extenso ni demasiado breve. Debe tener el contenido justo para poder darnos una idea de lo que trata.
El diseño es una actividad proyectual que debe favorecer y simplificar la vida de los seres humanos. Si el consumidor recibe lo que necesita saber en el menor tiempo posible, seguramente ese diseño será efectivo.
Fuente: Blog de Guillermo Dufranc